Javier Duarte y Enrique Ramos- comida de amigos

Por Miriam Gracia Magaña

Javier Duarte de Ochoa y Enrique Ramos Rodríguez se acabaron el PAN, acompañado de un robalo amandini con unas copas de vino Matarromera, esta deliciosa bebida que también fabrica aceite con presencia en las cuatro Denominaciones de Origen bañadas por el Río Duero: Ribera del Duero, Rueda, Cigales y Toro. Por algo sus vinos y aguardientes están presentes en más de cincuenta países de todo el mundo. El poderoso y experimentado líder obrero fue un excelente anfitrión del diputado federal por Córdoba, él fue quien sugirió el menú y el legislador federal, contento y feliz lo disfrutó. Fue una comida de amigos, de anécdotas y sobre todo de amistad y lealtad en torno al Gobernador del estado, el gran presente y ausente de la tarde. Duarte de Ochoa aseguró, confirmó y puntualizó que él es su jefe de prensa, no hay nadie más y que todos los periodistas y columnistas que se dicen serlo, pues también lo son, no tiene broncas con nadie, tampoco le interesa desmentir a nada. No tiene tiempo prefiere enfocarse en estar con sus amigos, como lo es Enrique Ramos, el cual se hizo acompañar de sus hombres de confianza. Testigos de este encuentro fueron el caballeroso Secretario de Finanzas y Planeación, Salvador Sánchez Estrada, quien sin perder la sencillez que le caracteriza fue saludado por todos; el alcalde de Córdoba, Juan Lavín Torres, de quien se había asegurado que estaba distanciado de Duarte de Ochoa, nada más falso, el afecto y respeto está patente y sobre todo el proyecto a futuro de la ciudad de los 30 caballeros, aunque en tono de broma se mencionaba que sólo eran de los 27 caballeros, por los tres presentes en esta ciudad capital. Por cierto el candidato a suceder a Lavín Torres es el mejor hombre que puede postular el PRI, es seguro pues que el tricolor siga gobernando. Vicente Montiel Alvarado, Síndico Único del ayuntamiento cordobés, quien fue muy apapachado por los presentes. Al estar los tres paisanos presentes y en tono de broma uno de los comensales aseguró que Córdoba en esos momentos era la ciudad de los 27 caballeros.
Los postres brillaron por su ausencia, en cambio el café veracruzano si fue requerido una y otra vez, mientras la lluvia se apoderaba de la bella Xalapa.